Mientras muchas organizaciones siguen ajustando sus políticas de trabajo híbrido, Ballad Group apuesta decididamente por una estrategia 100 % presencial. Esta firma de servicios de empleo y consultoría, con sede en Alberta, cree firmemente que la oficina es el lugar donde la cultura cobra vida. Para ello, es necesario crear entornos que fomenten la colaboración, fortalezcan las relaciones y hagan que las personas quieran estar juntas.

La empresa ha inaugurado recientemente dos nuevos espacios en el centro de Edmonton: un dinámico centro de formación en Energy Square y una sede corporativa en la torre Stantec. Ambos han sido diseñados para reflejar su cultura, potenciar la colaboración y preparar el camino para el crecimiento futuro. Para las pequeñas y medianas empresas, la historia de Ballad es un caso ejemplar: el espacio físico no es solo un gasto, sino un activo estratégico. Y los datos lo respaldan: el Net Promoter Score de los empleados aumentó casi 20 puntos

“Creo firmemente que el espacio físico en el que trabajas realmente importa”, afirma John Corie, fundador y CEO de Ballad. “Estar juntos en un lugar funcional, de alta calidad, agradable y visualmente atractivo es fundamental. Hoy más que nunca, es una ventaja competitiva.”

Corie rechaza la idea de que el trabajo remoto sea el futuro inevitable. En su lugar, ve la oficina como un elemento diferenciador, especialmente para las empresas que prosperan gracias a la colaboración y la conexión humana. “Nuestra cultura es completamente presencial”, dice. “Si eliminamos el trabajo remoto como opción, entonces el espacio se convierte en lo más valioso que ofrecemos. El espacio lo es todo.”

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Un espacio para colaborar, aprender y crear comunidad

Antes del traslado, el equipo de Ballad en Edmonton estaba repartido en tres oficinas distintas. “Siempre estábamos aislados”, recuerda Sydney Gunn, directora de Estrategia y Operaciones. “El equipo de consultoría en un edificio, los servicios de empleo en otro. Era difícil construir una visión compartida.”

Energy Square cambió esa dinámica. El nuevo espacio ocupa una planta completa —unos 930 m²— dividida equitativamente entre zonas de trabajo y áreas de formación. La parte frontal está dedicada a los clientes: aulas luminosas de distintos tamaños, mobiliario flexible para adaptarse a diferentes estilos de enseñanza y una amplia cocina tipo café que ocupa casi una cuarta parte del piso.

“La cocina fue clave para nosotros”, comenta Gunn. “Durante los talleres de diseño, surgía una y otra vez. La gente quería un lugar para reunirse, como en casa, donde se crean conexiones.”

“La flexibilidad también era fundamental, especialmente en las aulas. Cada facilitador enseña de forma distinta, así que el 100 % del mobiliario es móvil. Puedes pasar de una disposición en forma de U a grupos de trabajo en minutos”, explica Gunn.

“El resultado es un espacio que se siente menos como una oficina tradicional y más como una comunidad de aprendizaje”, afirma Gunn. “Si te inspira al entrar, querrás pasar más tiempo allí. Y eso se traduce en mejores resultados.”

Detrás de escena, los puestos de trabajo se sitúan junto a las ventanas, mientras que las oficinas cerradas se agrupan en el núcleo central, dejando zonas abiertas de colaboración distribuidas por todo el espacio.

“La colaboración fue lo más importante”, señala la diseñadora principal Lori Cox. “Aquí no hay grandes oficinas en las esquinas. La sala más grande es la de reuniones — y solo tiene capacidad para unas 10 personas.”

A pocas calles de distancia, la torre Stantec alberga al equipo directivo de Ballad. Allí, la empresa ha creado un espacio emblemático para reuniones estratégicas y encuentros con clientes —una mezcla de estética mid-century modern y calidez contemporánea.

“Queríamos un lugar que reflejara quiénes somos y hacia dónde vamos”, dice Gunn.

La sala de reuniones reemplaza la tradicional mesa larga por una combinación de asientos cómodos, una mesa redonda tipo comedor y un sofá en forma de L. “Queríamos que se sintiera como una sala de estar”, explica Cox.

“Entrevistas, sesiones estratégicas, incluso celebraciones —todo gira en torno a que las personas se sientan cómodas.”

Un “Reflections Workshop” facilitado por Steelcase y el distribuidor local RGO ayudó a identificar prioridades: asientos ergonómicos, mejor acceso a la luz natural, espacios para privacidad y trabajo en equipo, y sobre todo, áreas que fomentan la conexión.

Rincones tranquilos y salas cerradas ofrecen refugio para el trabajo concentrado, mientras que los salones abiertos promueven la colaboración espontánea.
“Diseñamos para distintos modos de trabajo”, comenta Cox. “Porque no todos prosperan en el mismo entorno.”

El enfoque de Ballad puede resonar en otras empresas medianas. Gracias a la colaboración con socios locales, lograron crear espacios de alta calidad y conscientes del presupuesto.
“Formamos un gran equipo. Nos mostraron dónde podíamos ahorrar y dónde valía la pena invertir”, dice Gunn.

Diseñar con propósito

El compromiso de Ballad con el espacio va de la mano con sus valores. La empresa está orgullosamente certificada como B Corp —una rareza en su sector— y la sostenibilidad fue una prioridad en todo el proyecto. “No queríamos crear algo desechable”, afirma Gunn. “Reutilizamos mobiliario siempre que fue posible y preguntamos a cada proveedor por su historia de sostenibilidad.”

Steelcase proporcionó datos sobre contenido reciclado e impacto ambiental, ayudando a alinear las decisiones con los objetivos de certificación.

“No fue un lujo adicional”, añade Gunn.“Contribuyó a que obtuviéramos uno de los puntajes B Corp más altos de Canadá en nuestra categoría.”

¿Valió la pena?

Los números dicen que sí. El Net Promoter Score de los empleados pasó de 50 a 68 tras el traslado —el más alto hasta la fecha.

“El nuevo espacio de trabajo tuvo un papel importante en esa mejora”, afirma Gunn. “También aumentaron los índices de felicidad y bienestar. La gente quiere estar aquí.”

El reclutamiento también se ha beneficiado.“Cuando los candidatos entran a Energy Square, dicen: ‘Quiero trabajar aquí’”, concluye Gunn. “Y en un mercado laboral competitivo, eso marca la diferencia.”

*La disponibilidad de los productos puede variar según la región.