Formación

Un plan de estudio modificado para mejorar el éxito de los estudiantes

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Existe una preocupación cada vez mayor entre estudiantes, padres, profesores, gestores, gobiernos y empresarios: La recuperación de la inversión en educación debe mejorarse y para lograrlo, hace falta disponer de una perspectiva moderna, nuevas estrategias y nuevas maneras de medir el éxito de los estudiantes.

Durante mucho tiempo se ha esperado que los estudiantes dominen una cantidad definida de información, principalmente aprendiendo de memoria. Durante mucho tiempo el éxito de los estudiantes se medía por su capacidad para responder correctamente a las preguntas de los exámenes, aprobarlo, pasar al siguiente curso y finalmente graduarse a tiempo.

Pero ahora, los pensadores más importantes sobre educación están adoptando otra perspectiva. Sus esfuerzos están motivados por el preocupante hecho de que no se están aplicando los nuevos descubrimientos de la ciencia cognitiva y de la conducta, y de que las tecnologías no se están integrando de manera adecuada en la enseñanza y el aprendizaje. Les preocupa la falta de motivación de los estudiantes, que según Gallup, aumenta a medida que los estudiantes van pasando de un curso a otro. Tienen dudas sobre la posible irrelevancia de asignaturas obligatorias que solo unas pocas personas utilizan a diario en sus vidas y el énfasis que se hace en memorizar información que se puede encontrar fácilmente en Internet.

Y a todo esto se suma que en la enseñanza superior, especialmente en los Estados Unidos, existe una crisis de abandono escolar. Aunque se inscriben más estudiantes, más del 40% de los estudiantes estadounidenses que se apuntan a la universidad no obtienen un título en seis años. Además, el índice de estudiantes que abandonan es aún mayor en los institutos terciarios según un informe de la publicación «The Chronicle of Higher Education», que se centra en la enseñanza superior a escala global. En la mayoría del resto de países, salvo en los de Asia, los índices de abandono escolar, aunque son inferiores, son lo suficientemente altos como para ser preocupantes. Según el informe PISA publicado por la Organización para la cooperación y el desarrollo económicos (OECD, por sus siglas en inglés) anualmente, el 30% de los estudiantes españoles no alcanza los objetivos de la formación básica que se establece hasta la finalización de secundaria.

Mientras tanto, a demasiados graduados les está costando encontrar un trabajo en su campo y los estudios demuestran que los empresarios indican que las personas que acaban de terminar sus estudios carecen de las valiosas habilidades necesarias en sus organizaciones: pensamiento crítico, colaboración, comunicación y creatividad, así como capacidad para adaptarse, empatía, habilidades de liderazgo y sensibilidad cultural.


Hora de Replantearse las Antiguas Normas

Todo esto está produciendo una innovación disruptiva en la educación. Las antiguas normas están dejando paso a una perspectiva más profunda, amplia e individualizada sobre qué es el éxito de los estudiantes y cómo conseguirlo.

El éxito de los estudiantes en el mundo actual consiste en adquirir y demostrar los conocimientos, habilidades y desarrollo personal necesarios para alcanzar múltiples objetivos personales y educativos.

«El éxito de los estudiantes en el mundo actual consiste en adquirir y demostrar los conocimientos, habilidades y desarrollo personal necesarios para alcanzar múltiples objetivos personales y educativos. Es un enfoque ampliado centrado en el estudiante que reconoce la importancia de la motivación, el compromiso y el bienestar de los estudiantes. Va más allá de tener buenas notas e incluye también el desarrollo de habilidades interpersonales, tener experiencias que contribuyan al crecimiento del carácter y a disfrutar de una vida productiva y satisfactoria al terminar los estudios», afirma Aileen Strickland, investigadora educativa de Steelcase.

Por supuesto, los profesores saben de primera mano que las dinámicas de aprendizaje son complejas y van mucho más allá de las actividades y relaciones que tienen lugar en las escuelas. Las familias y las comunidades también desempeñan un papel importantísimo. Al mismo tiempo, las escuelas están empezando a darse cuenta de que pueden influir más en el éxito de sus estudiantes ampliando su atención, informa Strickland.

«El aprendizaje de éxito no debe definirse de manera restringida», afirma. «Por ejemplo, aprender a establecer prioridades o a gestionar mejor las emociones negativas puede ser tan importante como obtener una nota alta».

La investigación de Steelcase confirma que ahora se pueden encontrar enfoques innovadores en muchos niveles educativos del mundo 

  • La Blue School, una guardería privada y colegio preescolar situado en Manhattan, Nueva York, fundada por miembros de la compañía de teatro Blue Man, comenzó como un grupo de actividades lúdico-educativas para niños. David Rock, líder de opinión en orientación sobre rendimiento humano y autor de «Your Brain at Work» es uno de los miembros del consejo de administración. Mediante la incorporación de las conclusiones científicas más recientes sobre desarrollo infantil, Blue School se centra en integrar una educación emocional y académica haciendo hincapié en tres aspectos: reflexión, relaciones y flexibilidad, junto con el aprendizaje de información.
  • Makerversity en Londres, que forma parte del movimiento de creadores que está creciendo rápidamente y que fomenta iniciativas «hazlo tú mismo» (DIY, del inglés «do it yourself»), está proporcionando experiencias educativas alternativas y gratuitas para jóvenes. Su objetivo es inspirar a la siguiente generación de mentes creativas mediante puestos de trabajo y eventos de asesoramiento unidos a un programa educativo para profesores centrado en aprender a incorporar actividades prácticas en las principales asignaturas.
  • La Universidad de Viena ofrece a sus estudiantes el programa «Knowledge Creation» (Creación de conocimiento), un programa opcional interdisciplinario que ayuda a los estudiantes a aprender a pensar de manera innovadora para que salgan preparados para trabajar en un amplio rango de profesiones relacionadas con el conocimiento y la innovación. Los estudiantes inscritos a este programa, con campos de estudio tan variados como ciencias, filosofía o humanidades, aprenden metahabilidades superiores y realizan proyectos de innovación individuales y en equipo en un entorno de estudio. El enfoque aplicado es esencial, afirma el catedrático Markus F. Peschl, que desarrolló el plan de estudio e imparte los cursos. «Aprender no es simplemente transferir conocimientos de un cerebro a otro», indica.
  • Minerva Schools en el Keck Graduate Institute ofrece un enfoque de aprendizaje global y combinado de manera única para la educación universitaria. La administración del centro se encuentra en San Francisco, pero los estudiantes aprenden juntos en siete ciudades de distintas partes del mundo durante los cuatro años que duran sus estudios. En lugar de asistir a clases con muchos alumnos o hacer todas las tareas del curso de manera individual mediante Internet, los estudiantes de Minerva, que proceden de todas las partes del mundo, viven juntos, disfrutan de experiencias culturales intensivas y participan en pequeños seminarios virtuales. Los estudiantes obtienen especializaciones en campos tradicionales, pero el objetivo primordial es enseñar «hábitos mentales» que les permitan pensar de manera crítica y creativa y comunicarse e interactuar bien con los demás.

La mayoría de los centros educativos aún no adoptan enfoques tan radicalmente diferentes como los de estos ejemplos, pero muchos se están replanteando sus métodos de enseñanza, planes de estudio, servicios de apoyo y tecnologías. La lista de actividades para fomentar el éxito de los estudiantes ya es amplia e incluye la adición de más tecnologías a las aulas, ofrecer servicios mejorados de orientación y asesoramiento, utilizar analítica de datos predictivos para identificar a los estudiantes en riesgo (marcando a aquellos con altos índices de absentismo, por ejemplo). Si se actúa a tiempo y de manera adecuada, a menudo se puede ayudar a mejorar el grado de compromiso de los estudiantes poco comprometidos.


El aprendizaje puede suceder en cualquier sitio

Una perspectiva más amplia sobre el éxito de los estudiantes impone otros requisitos en lo relativo al espacio físico de un centro. Como parte de una estrategia de gran impacto, es importante evaluar el campus como un sistema conectado de espacios innovadores de aprendizaje activo que trabajan de manera conjunta para ayudar a los estudiantes a que tengan éxito.

«Es importante entender que el aprendizaje puede producirse y de hecho se produce en cualquier lado», afirma Strickland. «Implica colaborar y relacionarse de manera informal, así como aprender de manera formal en un aula. Sabemos que el entorno puede aumentar en gran medida tanto el grado de compromiso de los estudiantes como su bienestar, atributos cruciales para el éxito de los estudiantes».

Por ejemplo, el estudio que realizó Gallup en 2014 sobre estudiantes de centros públicos de 5º hasta el último curso del instituto, demuestra que la esperanza, el grado de compromiso y el bienestar son factores clave que afectan a las notas de los alumnos, a su capacidad de retención y a la posibilidad de obtener un empleo en el futuro. De manera similar, un estudio llevado a cabo por el Ministerio de Educación de Inglaterra indica que los estudiantes con niveles más altos de bienestar emocional, conductual y social tienen un mayor éxito académico y están más dispuestos a aprender, tanto durante su etapa estudiantil como en años posteriores. Otro estudio, llevado a cabo por McKinsey & Company y la Texas A&M University, ha desvelado que más del 50% de la probabilidad que tiene un estudiante de graduarse se debe a su mentalidad y a su grado de compromiso.

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«Los centros están invirtiendo en un enfoque más amplio en lo relativo al éxito de los estudiantes, porque es complejo y extremadamente importante tanto para los estudiantes como para las organizaciones educativas», afirma Sudhaker Lahade, asesor sénior de investigaciones aplicadas de Steelcase.

«El éxito de los estudiantes es un indicador esencial que demuestra que las organizaciones educativas comprenden las necesidades y aspiraciones de sus estudiantes. También es una manera de que las instituciones creen nuevo valor para sí mismas con el fin de alcanzar sus objetivos organizativos. El éxito de los estudiantes no solo se basa en el éxito individual, sino también en el éxito colectivo y en reforzar la imagen de marca. Hace que los centros educativos resulten atractivos para estudiantes y profesores y consigan la fidelidad y el apoyo de sus ex-alumnos y otras partes interesadas».

Es importante que se cubran las necesidades cognitivas, físicas y emocionales de los estudiantes en un ecosistema de entornos de aprendizaje.


Aprendizaje de éxito en todo el campus

Dado que los entornos físicos son el reflejo de la intención de una organización y conforman las percepciones y los comportamientos de las personas, invertir en un rango de entornos de aprendizaje crea un contexto favorable para el éxito de los estudiantes. Es importante que se cubran las necesidades cognitivas, físicas y emocionales de los estudiantes en un ecosistema de entornos de aprendizaje. Estudio tras estudio se demuestra que las personas rinden mejor cuando tienen cubiertas sus necesidades más apremiantes. Este hallazgo afecta de numerosas maneras al aprendizaje de éxito.

La mayoría de los campus presentan muchas oportunidades para rediseñar los espacios de manera que sirvan de ayuda a los estudiantes a obtener conocimientos, adquirir habilidades y desarrollarse de forma personal. Aunque a menudo los espacios se diseñan para un tipo de aprendizaje específico, es una gran ventaja cuando se diseñan de manera intencionada para que fomenten el aprendizaje holístico. El resultado es otro tipo de entorno educativo, uno que fomenta el éxito de los estudiantes.

Generar conocimiento

Independientemente del curso, la asignatura o el tamaño de la clase, las mejores aulas de hoy en día están diseñadas para ofrecer experiencias de aprendizaje activas y cautivadoras que ayuden a los estudiantes a explotar todo su potencial. Las relaciones interpersonales y la capacidad de interactuar fácilmente con profesores y compañeros son esenciales.

Al mismo tiempo, una tecnología integrada y optimizada de manera eficaz brinda enormes oportunidades para mejorar tanto la enseñanza como el aprendizaje ofreciendo nuevas maneras de acceder a la información y compartirla. Esto libera a los profesores para que puedan centrarse en mantener interacciones de mayor calidad y en suministrar un aprendizaje cognitivo de primer nivel. El mobiliario móvil y los diferentes asientos permiten adoptar múltiples modos de aprendizaje, como los modos de debate, grupos reducidos y clase. También permiten a los estudiantes adoptar otras posturas, haciendo que las aulas se centren más en las personas de lo que lo hacían antiguamente cuando los alumnos eran colocados por filas.

Fuera del aula, los amplios pasillos y las áreas abiertas son más que meros espacios de transición. En su lugar, están diseñados para permitir interacciones y situaciones de aprendizaje activo de diversa índole, antes, durante y después de las clases.

Aprender habilidades

Espacios para creadores, salas de proyectos, centros de colaboración, laboratorios de innovación, entornos de realidad virtual… el abanico de espacios de aprendizaje sigue ampliándose ahora que se cree cada vez más que las experiencias prácticas forman una parte fundamental de la educación. Los «espacios de creación» (entornos diseñados para resolver problemas, desarrollar soluciones y compartir ideas) ayudan a desarrollar habilidades prácticas. Estos espacios, igual de importantes, también cultivan la curiosidad, persistencia y confianza, además de la capacidad para integrar información a partir de varias fuentes y considerar varias soluciones: mentalidades enormemente importantes para el éxito a largo plazo de los estudiantes.

Desarrollo personal

Para el aprendizaje holístico, son esenciales los espacios sociales, esto es: zonas comunes, centros comunitarios, cafeterías, espacios lounge, espacios in-between, etc. A menudo, a través de interacciones informales con profesores y compañeros, los estudiantes amplían sus miras, maduran emocionalmente y desarrollan relaciones valiosas que a menudo siguen ejerciendo en ellos una influencia positiva a lo largo de sus vidas tras terminar los estudios. Independientemente de que se utilice para obtener orientación, indagar más en un tema o simplemente relacionarse con otras personas para descansar la mente, el poder acceder fácilmente a otras personas ayuda a los estudiantes a desarrollarse. Incluso los despachos de los profesores y orientadores resultan más acogedores y accesibles cuando las charlas se pueden mantener codo con codo en lugar de a través de la barrera de una mesa. Cuando los estudiantes pueden elegir entre diversas experiencias de aprendizaje y entre diversos entornos, aprenden a conocerse mejor, a tomar decisiones y a confiar más en ellos mismos.


Desarrollar una estrategia de éxito

Fomentar el éxito de los estudiantes es una tarea compleja y polifacética. Hay varias definiciones y dimensiones, pero todas se están haciendo más holísticas. Para alcanzar los objetivos, es necesario que la fuerza de voluntad de la organización vaya en una misma dirección para poder realizar cambios que sean relevantes. Aunque por sí solo el espacio no puede garantizar el éxito de los estudiantes, si se combina con profesores que inspiran a sus alumnos y tecnologías bien implementadas, puede ayudar a obtener mejores resultados.

Los entornos pueden ayudar a los estudiantes a pensar mejor aprovechando las capacidades del cerebro y reconociendo sus limitaciones.

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Los entornos pueden ayudar a los estudiantes a pensar mejor aprovechando las capacidades del cerebro y reconociendo sus limitaciones. Los entornos pueden ayudar a los estudiantes a estar más sanos permitiendo adoptar comportamientos activos, que reducen los problemas. Los espacios, igual de importantes, pueden ayudar a los estudiantes a sentirse mejor proporcionando un fuerte sentido de pertenencia, optimismo y comunidad. En la mayoría de los casos, esto genera compromiso. Y en la mayoría de los casos el compromiso lleva al éxito, tanto durante los estudios como en los años posteriores.

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